Podríamos afirmar que los cocineros son un poco químicos y los químicos un poco cocineros. Al fin y al cabo, la química empezó con la comida hace millones de años con el empleo del fuego para asar carnes, de manera que se producían transformaciones químicas. En la actualidad cada vez tiene más importancia la ciencia en la preparación de algunos platos de alta cocina, como ha sido la introducción del N2 líquido para su elaboración.
Si hablamos de disolución, emulsión, ebullición… vemos que son términos que se utilizan en ambas disciplinas. Durante el cocinado de los alimentos se producen transformaciones físicas y químicas, necesarias de conocer para avanzar en las recetas hoy en día. Por ello aparece el estudio de la gastronomía molecular, cuyo creador es un francés llamado Hervé This.
España no se queda atrás, todo lo contrario, pues es uno de los países más innovadores en este campo. La Fundación Alícia (acrónimo de Alimentación y Ciencia) es uno de los centros más importantes del mundo que se dedica a la innovación tecnológica en cocina. Asimismo tiene como objetivo facilitar y mejorar las condiciones de vida de personas que han de llevar una alimentación específica como es el caso de celíacos, diabéticos, etc. Una de sus investigaciones es conseguir una mayonesa sin huevo y leche, importante por ejemplo para que personas con intolerancia a la lactosa puedan disfrutar de esta emulsión.
Nosotros nos vamos a centrar en la cocina más tradicional, pero es importante estar también al tanto de los avances que se cuecen hoy en día, más aún si influyen en nuestra alimentación.
Raquel Campaya