Archivo de la etiqueta: rápida

El pollo sin cabeza del KFC

kfc-pan

No sé si alguno de vosotros se acordará o no de una leyenda de finales de los 90. Es impactante… pero cosas tan raras como esas ya se han visto.

La susodicha historia es que la factoría americana del pollo, Kentucky Fried Chicken, necesitaba recortar costes. Según se puede leer por Internet, los dueños ni cortos ni perezosos decidieron engendrar una especie de pollos sin cabeza, vamos, pechuguitas con patas.

La imposibilidad de hacer esto se vino abajo cuando un granjero, por supuesto americano, intento cortar la cabeza a un pollo para comérselo y después de hacerlo el animalillo siguió caminando como si nada. Todo era normal salvo que no tenía cabeza y estaba continuamente chocando con todos los lados.

Las suposiciones empezaban a tomar cuerpo… pero nunca más se supo de este tema y da la sensación de que está completamente olvidado. Desde aquí queríamos seguir sacando cosas curiosas a la palestra… aunque tengan bastante tiempo. A veces recordar es más bonito que ver.

A propósito, recordad lo precioes del KFC para no ir nunca más… son unos aprovechaos y en crisis muuucho más.

Sufre como un camarero de comida rápida

Flatbread Express
Trabajas en un restaurante de comida rápida. Coge el pan de pita y rellénalo con los ingredientes que te pidan los clientes

 

Éste es el primer juego que queremos que disfrutéis y que os sirva para empezar a poneros en el pellejo de esas personas a las que pedimos nuestras hamburguesas o pizzas cada día. Nosotros las queremos al momento… pero ya veréis que simplemente con esta recreación, no parece tan sencillo.

Para el que no tenga mucha idea de inglés y quiere saber cómo se juega, sólo tiene que mirar a lo que le piden y seguir un orden. Primero poner el pan, luego los ingredientes, más tarde la salsa, luego meterlo al microondas y dárselo. Todo esto tienes que hacerlo antes de que el cliente se enfade y se marche de tu restaurante.

Según vas pasando rondas tu dinero crece y tu pequeña tienda de pitas lo hace con él. Cada vez que pasas una fase te ofrecen comprar algo, la decisión de hacerte con ello, o no, es sólo tuya. Disfrutad del juego y no os enganchéis mucho. Prometemos muchas entregas más.

La comida rápida nos ataca

Bruselas es un sitio en el que la cultura de caminar y comer a la vez está bastante arraigada. Si en Madrid o Barcelona podemos ver a cantidad de gente de este palo, Bruselas no se queda atrás ni mucho menos.

Os vamos a explicar nuestra situación y de esa manera comprenderéis lo de comer y correr. Llegamos sobre las 9 de la mañana de un viernes y empezamos a turistear como locos, gracias a Dios teníamos una buena guía. A no sé bien qué hora enganchamos un chocolixir que nos llenó parcialmente el estómago. Consejo… si podéis tomarlo un poco calmados, os sentará infinitamente mejor.

Al ratito, cerca de las 14, el hambre empezó a hacer acto de presencia con un tímido rugido que despertó a los dibujos de las paredes. Como hay mucho por ver, lo de pararse es de pobres de espíritu. Sin más ni más nos compramos dos cucuruchos de patatas, con un par de salsas y tan felices. Es un “plato” completamente aconsejable para este tipo de turismo findesemanero.

Más tarde, como dos horillas después,  nos picó el gusanillo dulce. Podíamos elegir entre los dos grandes tótems del postre transportable; las fresas con chocolate o los gofres especiales. Dado que el ser humano es indeciso por naturaleza, ¿qué pensáis que hicimos? Efectivamente, tomarnos los dos, uno en ese momento y otro después de cenar, pero no quedarnos sin probarlo. Realmente, muy pero que muy aconsejables los dos. Lo bueno es que dentro de estas fugaces delicatesen puedes elegir sabores e incluso texturas a la hora de comerlo.

Algo a lo que dijimos un NO rotundo fue a los típicos kebabs que los hay igual en España. Partiendo de la base de que no lo probamos, podemos decir que nos trataban como billeteras con patitas bajando por la calle de los restaurantes. Yo creo que si nuestra lengua hubiera sido swahili, alguna palabra hubieran sabido. ¡Qué dominio tenían del chapurreo!, además que te veían y ya te hablaban en tu idioma, ¡vaya cracks! Eso sí, cuando a un español  se le agobia para entrar a un sitio… malo, solemos decir que “pa su tía” y así pasó hasta la hora de la cena. La estafa de nuestra cena ya es otra historia que contaremos a lo largo de la semana.

Sabemos que no hemos hecho referencia en este post a los dulces que no son chocolate (galletas, caramelos, pasteles o bollos), pero creemos y queremos dejarles un hueco especial en los próximos días.