Sin delantal, con ropa casual y un lenguaje directo es como Jamie Oliver ha logrado hacerse un hueco en los hogares. Primero en las teles británicas y más tarde en las europeas la figura de este joven cocinero lleva muchos años alargándose.
En Mayo cumplirá 34 años y llevará cerca de 20 dedicándole tiempo a los fogones. Su padre tuvo un pub-restaurante y él no tuvo ningún problema en continuar la saga.
El distintivo que le ha hecho triunfar por encima de otros chefs es su cercanía. Cada comida que hace es una historia diferente en la que tiene que ayudar a un amigo, esperar a un compañero o simplemente hacer comida para su familia. El formato le ha dado el éxito que se merecía al innovar de esa manera.
Jamie ha sabido utilizar Internet a las mil maravillas y convertir algunas de sus recetas en virales. Uno de esos vídeos es la receta de cordero al curry donde une la cocina con otra de sus pasiones, la música.
Desde aquí quiero confesarme como fan de este muchacho. Eso sí, no todo son halagas en esta vida. No me gusta que eche tanta mantequilla a las comidas y que algunas recetas estén tan especiadas… matan el sabor propio de la carne. No todas iban a ser cosas perfectas, ¿no?